Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar,
amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño mediante una acción
intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el
niño. Sus indicadores son acciones de intimidación, amenaza,
hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro
escolar.
Amenaza a la integridad.
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante
las amenazas contra la integridad física del niño o de su familia, o
mediante la extorsión.
El agresor: características psicológicas y entorno familiar
Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o transtorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión congitiva y
generalmente suele ser una persona que ha visto violencia con
regularidad, se acostumbra a ella o en su casa sus acudientes se tratan
agresivamente y lo tratan inadecuadamente a él.
La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el
lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este y que puede
llegar al suicidio
El entorno escolar
Se puede dar el caso de que la ausencia en clase (en general, en
el centro educativo) de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer
la aparición del acoso escolar. La responsabilidad al respecto oscila
entre la figura de unos profesores que no han recibido una formación
específica en cuestiones de intermediación en situaciones escolares
conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad dentro de la
sociedad actual.
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