martes, 6 de junio de 2017

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El bullyng o acoso en las escuelas se ha vuelto un problema cada vez más preocupante para los padres. Los niños y adolescentes se pueden ver acosados verbalmente, físicamente o por Internet, y puede producir depresión, baja autoestima e inseguridad.
Qué tienes que saber para proteger a tu hijo:
Es importante que sepas que una burla ocasional no constituye acoso o bullying. Aunque sea desagradable, no produce el mismo daño a largo plazo que los ataques reiterados y debemos enseñarle a nuestros niños a distinguir una situación puntual de una recurrente.
Quienes sufren de “bullying” la mayoría de las veces sufren en silencio. Esto puede parecer incomprensible para los adultos, pero entre otras cosas se debe a:
  • Temor: las víctimas de bullying creen  que el agresor se vengará de ellos si lo delatan
  • Vergüenza:al ser incapaz de manejar la situación y ser humillados de manera reiterada, es común que el niño se sienta avergonzado
  • Miedo a que no le crean: como muchas veces no hay testigos, la víctima siente que nadie le creerá si denuncian lo que están viviendo
  • Creer que nada cambiará
  • Sensación de impotencia
Señales que indican que tu hijo pasa por un momento difícil
Si tu hijo no te ha dicho que ha sido acosado, fíjate en estas señales de que algo anda mal:
  • No quiere ir a la escuela
  • Deja de hacer las cosas que antes le gustaba hacer
  • Se vuelve más introvertido que lo normal
  • Se queja de dolores de estómago, cabeza u otras dolencias para evitar ir al colegio
  • Cambios en los patrones alimenticios: si deja de comer o come en exceso
  • Alteraciones de sueño: insomnio o somnolencia en exceso
Cualquiera de los síntomas anteriores, merece que converses con tu hijo para ver qué está sucediendo. No implica que necesariamente esté sufriendo de bullying, pero sí puede ser indicio de depresión u otro problema y requiere que intervengas.
Recuerda que una buena comunicación con tu hijo es esencial siempre, pero a medida que crece, puede ser más difícil de lograr. No lo presiones ni lo hostigues con tus preguntas para que no se sienta atacado, sino que hazlo sentir aceptado, querido y apoyado. Recuerda agradecerle la confianza, aun cuando lo que te haya compartido sean unas breves palabras.
- Más información en: Todobebe

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